Creo
que fue el político norteamericano Augustus P. Gardener quien hizo famosa la
frase “Wake up, America !” (¡ Despierta
América !) a principios del siglo XX. Bien, pues no sé qué político español
sería el más idóneo para proclamar esto mismo en nuestro país pero es algo
absolutamente necesario. Tal vez el error sea que tenga que ser un político
quien lo diga, pero de lo que estoy seguro es que son muchos los políticos quienes
debieran ponerse a ello y dar ejemplo.
Cinco
años de crisis y sin atisbo alguno de una pronta salida. La crisis no afecta
solo al ámbito económico sino paralelamente está socavando el bienestar social
y el sistema político. Ante esta grave situación la única alternativa que nos
ofrecen aquellos que tienen la capacidad de decidir (y no me refiero
necesariamente a los políticos) es la que impone “el autoritarismo pos
democrático” tal y como denomina Josep Ramoneda.
¿En
qué consiste esta propuesta? Es la que están ejecutando la mayor parte de los
gobiernos de la Unión Europea: menos Estado y aún más, menos Estado social. La
creación de empleo solo se fundamenta sobre las bases de la flexibilidad
olvidando la seguridad laboral. Se reducen los costes salariales y fiscales
para las empresas para dinamizar la contratación. Consecuencia, más
inestabilidad laboral, más inseguridad, menos cotizaciones sociales y más
temporalidad sin que haya muestras de una mejora sustantiva en la
competitividad.
La
calidad del empleo que se crea, allí donde se está creando, dista mucho de los
parámetros establecidos hace apenas un lustro. En Europa el trabajo cualificado,
en el mejor de los casos, está saliendo de los países más castigados por la
crisis económica hacia los vagones de cabeza del tren económico europeo. Una
observación al respecto. Alemania, nuestra locomotora, introdujo los recurrentes
“minijobs” sin que ha día de hoy hayan supuesto reactivación alguna de su merado
de trabajo sino más bien todo lo contrario. En España, la prospectiva de crecimiento
del actual Gobierno del Partido Popular no parece estar basada en la innovación
y el desarrollo tecnológico, sino en el improductivo sector servicios y en una
paulatina recuperación de la
construcción. Menudo panorama.
Tengo
la esperanza que la socialdemocracia europea se erija como alternativa capaz de
plantear una propuesta plausible para sostener y recuperar si cabe los derechos
sociales perdidos en estos años además de posibilitar un crecimiento económico
sostenido. Quiero ser optimista respecto
a lo que los socialistas podamos proponer en mi país si somos capaces de
recuperar la credibilidad a través de planteamientos netamente alternativos
basados en recuperar la competitividad sin menoscabar el Estado de bienestar.
Y
ante esta situación ¿Qué puede hacer la sociedad civil? La respuesta sólo puede
ser “Wake Up !” despierta , no esperes aletargado, no te resignes, reacciona,
actúa. En su toma de posesión como presidente de los EE.UU., J.F.K. pronunció
la famosa frase “Ask not what your country can do for you, ask what you can do for your country” (No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tú país.) Al recurrir a este slogan no pretendo animar a la despreocupación
sobre las responsabilidades que tiene el Gobierno y la clase política en general
para sacarnos de la crisis, como he dicho antes, son nuestros representantes
públicos quien deben liderarnos en este proceso, los que deben dar ejemplo. Con
esta proclama pretendo llamar la atención sobre la responsabilidad que tenemos
cada uno de nosotros, la sociedad civil, de contribuir conjunta e individualmente no
solo para reivindicar nuestros derechos sino para hacer todo lo posible por ser
productivos a la sociedad.
Una
parte de los millones de parados de este país están cobrando una prestación por
desempleo o un subsidio, otros están amparados por la protección que les ofrece
su entorno familiar y no son pocos los que acuden a la economía sumergida. Mi admiración para el parado que dedica 8 horas a formarse y/o
encontrar trabajo, mi admiración para el trabajador autónomo que se adapta,
innova y es capaz de incorporar un nuevo trabajador a su empresa , mi
admiración para el trabajador que se esfuerza y se compromete con su trabajo,
mi admiración para aquellos que emprenden un negocio de cero, mi admiración para
el sindicalista que se implica al máximo por sus compañeros, mi admiración para
aquel funcionario que presta un muy buen servicio, mi admiración por aquellos empresarios que siguen apostando por la
continuidad de sus trabajadores… mi admiración para todos ellos.
Todos y cada uno de nosotros, por mucho que nada tengamos que ver con
lo que está pasando, por mucho que ahora estemos soportando más cargas que
aquellos que si tuvieron responsabilidad sobre sus actos, tenemos que ser
capaces de preguntarnos qué podemos hacer para ser útiles socialmente y si no
lo estamos haciéndolo ya, despertar, reaccionar y actuar.
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