Artículo publicado en Diario Progresista el 5 de mayo de 2013
Manifestación
del 1º de mayo en Burgos. 4.000 o 5.000 participantes según la policía,
el doble según los convocantes en un momento en que hemos alcanzado más
de 6 millones de parados, un 27 % de tasa de paro, casi 2 millones de
hogares con todos sus miembros en el desempleo, 3,5 millones de personas
buscando trabajo desde hace más de un año y una tasa de paro juvenil
del 57 %. ¿Y el resto? ¿Es que nose consideran trabajadores? ¿A caso la
inmensa mayoría de los trabajadores y trabajadoras de mi ciudad no
comparten esta preocupación? Y si es así ¿Por qué no se manifiestan?
Uno
de los conceptos políticos más discutidos y a su vez más
incuestionables es el de conciencia de clase. El mayor éxito de la
derecha ha sido convencer al trabajador que a poco que mejoraba su
situación económica, tenía derecho a considerarse por encima de los de
su condición. El capital es traicionero y nos hace creer que una mejor
suerte económica o un mayor éxito profesional nos da derecho a renunciar
a lo que, como trabajadores, debemos procurar siempre: ser solidarios
entre nosotros, seguir vigilantes de nuestros derechos, avanzar en las
conquistas sociales, abrir el campo de oportunidades, propiciar la
justicia social, esforzarnos porque futuras generaciones de trabajadores
tengan un futuro mejor, porque la dignidad de la personas no dependa de
su fortuna, porque el éxito se corresponda más con el mérito, la
capacidad y el esfuerzo que por la suerte que se tenga en la vida.
La derecha no suele equivocar estos conceptos, nosotros, la clase trabajadora, lo hacemos con bastante frecuencia. Unos llevamos buzo, otros llevamos traje y corbata, otros vamos en bata, hay quienes vamos en vaqueros y algunos llevamos uniforme. Trabajadores somos todos los que nos dignificamos como personas a través nuestro trabajo y no gracias a la herencia recibida: trabajadores asalariados de una empresa,trabajadores funcionarios de la administración pública, pequeños trabajadores autónomos, agricultores y ganaderos trabajadores del campo… Todos y cada uno de nosotros debemos tener presente que si queremos salvaguardar nuestros derechos debemos salvaguardar nuestra conciencia de clase colectiva.
Si nos dejamos engañar, si nos traicionamos a nosotros mismos también estaremos traicionando a nuestras familias, a nuestros compañeros y amigos, estaremos traicionando a quienes lucharon hasta lograr un marco de oportunidades donde alguien como nosotros pudiera prosperar, estaremos traicionando a los que esperan de nosotros que luchemos porque se lo podamos garantizar en un futuro.
La derecha no suele equivocar estos conceptos, nosotros, la clase trabajadora, lo hacemos con bastante frecuencia. Unos llevamos buzo, otros llevamos traje y corbata, otros vamos en bata, hay quienes vamos en vaqueros y algunos llevamos uniforme. Trabajadores somos todos los que nos dignificamos como personas a través nuestro trabajo y no gracias a la herencia recibida: trabajadores asalariados de una empresa,trabajadores funcionarios de la administración pública, pequeños trabajadores autónomos, agricultores y ganaderos trabajadores del campo… Todos y cada uno de nosotros debemos tener presente que si queremos salvaguardar nuestros derechos debemos salvaguardar nuestra conciencia de clase colectiva.
Si nos dejamos engañar, si nos traicionamos a nosotros mismos también estaremos traicionando a nuestras familias, a nuestros compañeros y amigos, estaremos traicionando a quienes lucharon hasta lograr un marco de oportunidades donde alguien como nosotros pudiera prosperar, estaremos traicionando a los que esperan de nosotros que luchemos porque se lo podamos garantizar en un futuro.
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