miércoles, 16 de octubre de 2013

Socialdemocracia. Socialismo en Libertad.

Estractos recogidos de "La Izquierda Necesaria" de Josep Ramoneda. Ed. RBA Libros, S.A, 2012.

Algunos partidos de izquierda siguen llamándose socialistas. La palabra <<socialismo>> identifica la construcción de un sistema social alternativo al capitalismo. Hoy ha pedido significación. El estadio superior del socialismo era el comunismo, en el que, superadas las contradicciones del capitalismo, la política debía ser sustituida por la administración de las cosas. El experimento del modelo socialista alternativo fracasó. El socialismo real fue la versión soviética del comunismo que derivó rápidamente en un sistema totalitario.

El modelo socialdemócrata, que es la mejor bandera de la izquierda dio, aunque fugazmente, los niveles de libertad y equidad más razonables que la humanidad ha conocido, generando altas cotas de bienestar social. La socialdemocracia es el único banderín de prestigio que la izquierda mantiene.

La izquierda tiene que remover sus bases culturales, recuperar la gran tradición liberal –la de Adam Smith, la del primer Marx, la de Stuart Mill- del secuestro a que la derecha la tiene sometida. La izquierda no puede renunciar a su voluntad reformista radical. No hay izquierda sin proyecto. La derecha puede limitarse a gestionar el statu quo, la izquierda, no. La izquierda es indisoluble a la idea de progreso que subyace al proyecto moderno. Para la izquierda, el marco nacional para el progreso es insuficiente si realmente quiere cambiar las cosas y marcar sistemas de regulación y contrapeso nuevos.

La actitud de la izquierda está en la relación con la justicia y la igualdad pero no tiene sentido si se aleja de la libertad. En frente está la derecha, que está por el crecimiento y el orden. El comunismo, al pretender que su promesa pasara por la lucha a muerte con las clases que encarnaban el capitalismo, destruyó la libertad de ambos contendientes, porque alineó a los propios comunistas con el partido todopoderoso.

La izquierda ha de perder el miedo a la libertad, siempre temerosa de que signifique mayor desigualdad. Tiene que reconocer la primacía de la libertad en el conflicto de valores, a sabiendas de que esta es condición de cualquier política de igualdad y que, al mismo tiempo, el desarrollo de la igualdad favorece la libertad de los demás. La igualdad debe ser un factor regulador al servicio de la libertad de los demás. La libertad sin unas condiciones básicas de igualdad es solo libertad para una estrechísima minoría. La cuestión de la libertad y de la igualdad es un equilibrio complejo que pasa por el reconocimiento de la autonomía radical del individuo.

La izquierda debe rechazar la colonización economicista de la libertad que confunde la libertad con el dinero y los valores que emanan de él. Debe defender una idea de la libertad más allá de los términos económicos. La libertad como elemento fundamental de la dignidad de una persona capaz de pensar y decidir por sí misma. Este es el ideal regulador que ha de guiar a ala izquierda. La libertad como verdadera autonomía individual.

Josep Ramoneda (1949) es filósofo, periodista y escritor. Colabora en El País y la Cadena SER.

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