sábado, 13 de diciembre de 2014

Reconocer el compromiso cumplido



No es la primera vez que escribo sobre el reconocimiento especial que me merece el compromiso demostrado por mis compañeros/as socialistas vascos/as en defensa de la libertad, la igualdad y la justicia social durante décadas.  A lo largo de todos mis años de militancia en el PSOE, he tenido el honor de conocer personalmente a varios de ellos y en algunos casos, la suerte de compartir experiencias que me reafirman diariamente en la necesidad de seguir defendiendo estos principios y valores si cabe con más determinación.


En este sentido, la Fundación Ramón Rubial publicó hace unos meses varias de las intervenciones públicas de Patxi López desde su toma de posesión como Lehendakari el 7 de mayo de 2009 on el título "La socialdemocracia en el siglo XXI". Hace un par de semanas el mismo Patxi me hizo llegar un par de ejemplares y no ha sido hasta hace apenas unos días cuando he dispuesto del tiempo suficiente para repasar la obra. En total 10 discursos, leídos uno por día. Sin pretender comentarlos, permitidme una breve reflexión al respecto.


En su conjunto esta publicación demuestra la decisión que Patxi López adoptó como máximo responsable del Gobierno vasco por transformar el espacio político que heredó en Euskadi a través de una convivencia democrática entre iguales basada en la justicia social. En sus palabras se traduce un deseo por conservar la singularidad identitaria de cada ciudadano para que la ejerza en libertad dentro de una comunidad plural y solidaria.



Más allá de la inevitable emoción que me producen algunos capítulos dedicados al significado de ser socialista en Euskadi, quiero destacar dos lecturas cuyo análisis ha de sernos útil al conjunto de socialistas españoles. En primer lugar la conferencia dada ante la London School of Economics en marzo de 2011 sobre la socialdemocracia y el estado del bienestar en el siglo XXI, y posteriormente la ponencia presentada en el curso de verano de la UCM el año pasado sobre la reforma federal del Estado español.

Reconocer el paso del compañero Patxi por la Lehendakaritza es reconocer el triunfo de la democracia y la derrota del terrorismo, es reconocer la conquista del espacio social por el conjunto de los ciudadanos y el destierro del sectarismo nacionalista, es reconocer la apertura y el deseo de perternecer a un proyecto compartido con todos los vascos/as y todos los españoles/as, es reconocer el progreso en igualdad frente a las élites privilegiadas.


Podéis descargaros esta publicación gratuitamente a través de http://www.patxilopez.com/ Espero que os resulte tan interesante como enriquecedora.

viernes, 12 de diciembre de 2014

Gobierno Abierto

Os adjunto el artículo que publiqué la semana pasada en el blog del diario digital Burgos Conecta, "Desde mi Ventana".
Es el eje transversal del programa electoral que vamos a presentar los socialistas el próximo año para Burgos. Un Gobierno Abierto basado en la transparencia informativa, la participación y la colaboración ciudadana. “La transparencia informativa es la base de un Gobierno Abierto. Sin información disponible para los ciudadanos no es posible la deliberación ni la participación sólida.” Stiglitz.

El Ayuntamiento debe incorporar a través de su portal de transparencia no solo información institucional, organizativa y de planificación, sino también Información de relevancia jurídica, económica, presupuestaria y estadística, tal y como determina la Ley 19/2013 de transparencia, acceso a la información pública y buen Gobierno.

El Gobierno Abierto aborda la apertura de datos públicos para reutilización por parte de ciudadanos y empresas (Open Data). El Ayuntamiento produce una gran cantidad de información potencialmente reutilizable: información social, económica, geográfica, estadística, turística, etc., particularmente atractiva para el sector de contenidos digitales, ya que es de calidad, completa y fiable.

En este sentido los socialistas nos comprometemos a implantar en el seno del Ayuntamiento de Burgos todos los contenidos que contempla la Ley 37/2007 de reutilización de la información del sector público y que desarrolla el Real Decreto de 21/10/2011.

El Gobierno Abierto implica transformar la forma de gobernar, fundamentalmente en lo que se refiere a las relaciones entre el gobierno y la ciudadanía. Para aumentar la eficiencia de la gestión de los servicios públicos del Ayuntamiento y mejorar la calidad de los servicios ofrecidos a los ciudadanos es condición necesaria la complicidad de estos y su participación en la toma de decisiones.

Participar significa decidir. La democracia en el siglo XXI no debe limitarse al ejercicio electoral. Las urnas legitiman a un partido, coalición o agrupación de ciudadanos a gobernar, pero no legitiman su acción de gobierno per sé. La acción de gobierno se legitima diariamente.

Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación facilitan la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones. Vamos a incorporar herramientas tecnológicas en el área de participación municipal que canalicen las preferencias y las elecciones de los ciudadanos sobre distintas posibilidades de gasto o inversión en sus barrios o en el conjunto de la ciudad.

Además, queremos desarrollar la Ley 57/2003 de medidas para la modernización del gobierno local para la creación de distritos dotados de órganos de gestión desconcentrada, para impulsar y desarrollar la participación ciudadana en la gestión de los asuntos municipales. Estos distritos contarán con recursos presupuestarios propios que autogestionarán.

La colaboración entre Ayuntamiento, ciudadanos, colectivos sociales y empresas es fundamental. Colaboración que se va a concretar en la creación del Consejo Social de la Ciudad centrado en el desarrollo local y la planificación estratégica urbana. En este sentido, nuestro compromiso es trasladar a este Consejo Social las funciones originarias de la Asociación Plan Estratégico de Burgos.

La sociedad burgalesa está demandando más control en el ejercicio de las responsabilidades públicas, mayor capacidad de participación en la toma de decisiones y una mejor comunicación y colaboración con sus responsables políticos. Los socialistas se lo vamos a proporcionar.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Un elemento transformador

Artículo publicado el 08 de septiembre de 2014 en la web-blog www.ssociologos.com 

La transparencia, la participación y la colaboración han de suponer los pilares fundamentales en la gestión de una institución de gobierno. 

El gobierno abierto va mucho más allá de la incorporación de las TIC en la administración pública. Supone un salto cualitativo respecto al gobierno electrónico colaborando continua y directamente con los ciudadanos, no solo desde el ámbito de la información sino desde la comunicación en la elaboración de políticas públicas y en la toma de decisiones políticas.
 
¿Están incorporando buenas prácticas de gobierno abierto las administraciones públicas en España? La respuesta es muy desigual dependiendo del ámbito territorial y el color político en cada una de las instituciones de gobierno. 

Echando la vista atrás cabe señalar que ya ha pasado un lustro desde la aprobación de la Directiva de Gobierno Abierto en EE.UU. basada en el memorando que el presidente norteamericano Barack Obama presentó en enero de 2009, en su primer día en el cargo. Esta norma de aplicación en toda su Administración, supuso el primer paso dado por un gobierno en los EE.UU. hacia la reutilización de los datos públicos por empresas, entidades sociales y ciudadanos y uno de los principales referentes internacionales en la incorporación de políticas de Open Data.

Patrice McDermott, actualmente directora ejecutiva de Openvernment.com (uno de los principales portales de datos abiertos en EE.UU.) anunció por entonces en relación a la aprobación de la directiva del presidente Obama "Vamos a trabajar juntos para asegurar la confianza pública y establecer un sistema de transparencia, participación pública y colaboración. La apertura va a fortalecer nuestra democracia y promover la eficiencia y eficacia en el Gobierno" .

Tal como señalan Ana Corajan y Eva Campos en La Promesa del Gobierno Abierto (2012), los mensajes y propuestas de Obama de cambiar el sistema de Gobierno, la forma de gobernar y de hacer política ya se venían observando desde la campaña electoral que le llevó a la Casa Blanca, caracterizada por un activismo político on-line desconocido hasta el momento. 

Una vez al frente del gobierno Obama y su administración transformaron la manera de entender la relación entre administración y administrados. Una relación basada en la accesibilidad de la información y en su aprovechamiento por parte de los ciudadanos, proporcionando una nueva cultura de reutilización de la información pública.

Ese mismo año, el 7 de diciembre de 2009, el gobierno laborista de Gordon Brown aprueba un plan dirigido a incorporar la política de gobierno abierto en la agenda política de Dwoning Street. Del mismo modo el gobierno socialista de José Luis R. Zapatero lanzó en España el Proyecto Aporta con el objetivo es poner en disposición de los ciudadanos los datos elaborados por las instituciones españolas. 

No obstante no cabe duda que uno de los proyectos pioneros más relevantes entre las instituciones españolas sobre Open Data es el desarrollado por el gobierno vasco durante la lehendakaritza de Patxi López. El socialista vasco lideró la mayor apuesta sobre la apertura de información institucional conocida hasta la fecha en España. Otras comunidades autónomas como Cataluña y Asturias también incorporaron distintas actuaciones de apertura de datos igual que algunos ayuntamientos pioneros como el de Gijón, Zaragoza o Barcelona.

Pero cinco años después ¿Están nuestras instituciones dispuestas a ser transparentes y facilitar la información que demandan los ciudadanos? ¿Cuál es el mapa actual de iniciativas de Open Data en España?  

Hoy en día algo más de la mitad de las comunidades autónomas presentan canales institucionales de apertura de datos públicos, en concreto 10: Galicia, Castilla y León, País Vasco, Navarra, Aragón, Castilla - La Mancha, Andalucía, Cataluña y Baleares.

No ocurre lo mismo en la administración local. De los 250 municipios más poblados de España, solo 26 ayuntamientos cuentan con portales de información pública accesibles para su reutilización y de las 44 diputaciones provinciales y cabildos insulares, solo 3.

Ante estos datos podemos evidenciar un déficit en la incorporación de actuaciones de gobierno abierto en nuestro país, casualmente entre las administraciones más próximas al ciudadano. 

No se trata solo de exigir mayor accesibilidad a la información, sino de hacer ver las posibilidades que se abren respecto a la reutilización de los datos públicos por parte de ciudadanos y empresas. El potencial de la información pública es enorme y la complicidad entre la administración, las empresas y los ciudadanos puede producir sinergias tanto en el ámbito social como el económico.

El gobierno abierto supone un elemento transformador en sí mismo y un reto que algunas instituciones nacionales e internacionales ya han alcanzado, sin embargo parece que es una meta inalcanzable para muchas otras. No obstante debe seguir siendo una apuesta decidida de presente y de futuro para todas ellas.


*Gráfico obtenido de eldiario.es el 22 de agosto de 2014
 


lunes, 25 de agosto de 2014

Motivos para defender las primarias abiertas

Echando un vistazo esta mañana a la edición digital de EL PAÍS, he encontrado un artículo de hace poco más de un año, exáctamente del 18 de julio de 2013 que lleva como título "El blues del establishment". Su autor, el doctor de economía política en la en la London School of Economics, Antonio Roldán Monés.

Estoy muy de acuerdo con su análisis y la necesidad de incorporar las primarias abiertas en los partidos para recuperar la confianza de los ciudadanos en la política y para que ésta resulte atractiva a los mejores profesionales, por lo que me ha perecido oportuno compartirlo con vosotros a través de este blog: http://elpais.com/elpais/2013/07/11/opinion/1373569448_854545.html
  
"El blues del establishment"

Cualquiera que, desde España, haya observado el reciente proceso de primarias chileno habrá sentido envidia de nuestros primos andinos: unas elecciones primarias abiertas a la sociedad, muchos candidatos —hasta cuatro en la coalición de izquierdas—, con claras diferencias ideológicas y de programa y unos líderes con una formación mucho más alta, de media, que la de nuestros políticos ¿Lograremos los españoles algún día tener la misma suerte que los chilenos?

Hasta ahora, en España las primarias han sido siempre de tipo mixto, es decir, muy controladas por los aparatos y con participación limitada a militantes y simpatizantes, pero la profunda crisis de gobernanza que atraviesa España exige unas primarias realmente abiertas en los grandes partidos que permitan la entrada de candidatos autónomos y la participación de todos los ciudadanos.

Ese tipo de primarias, a la americana, serían positivas por cuatro razones:

1ª) Como estrategia de reflote in extremis de los dos grandes partidos. 

2ª) Como mecanismo imprescindible de recambio de las élites, en un contexto de urgentísima regeneración democrática. 

3ª) Como arma para la lucha contra el cáncer de la corrupción en España. 

4ª) Como reclamo necesario para que los mejores, the best and the brightest, vuelvan a sentirse atraídos por la política.

En las elecciones de 2008, aupados por el boom que ellos mismos habían generado, los dos grandes partidos, PP y PSOE, lograron de manera conjunta un récord de porcentaje de voto: el 84% del total. Las últimas encuestas no les dan más del 50%. Una parte de ese castigo está explicado por la crisis económica. Pero no todo. La ola democratizadora global y las exigencias de mayor transparencia son un elemento intrínseco e inevitable de la era de la información. Cuanto antes entiendan los grandes partidos en España esa realidad, antes recuperarán la confianza de los ciudadanos.

Es cierto que las primarias conllevan algunos riesgos importantes para el establishment, precisamente por su carácter genuinamente democratizador y aperturista. Existe el riesgo de que emerja un líder poderoso externo con capacidad para remodelar el aparato a su conveniencia. También aumentan los riesgos de división interna y las lealtades con la oligarquía política dominante se vuelven menos importantes.

Como explica el profesor Carles Boix, el resultado es que los partidos se convierten en partidos cesta, más plurales, más dinámicos y más sensibles a las demandas democráticas de los ciudadanos que los tradicionales partidos organización. Por eso a los dirigentes de los grandes partidos les cuesta tanto dar el paso. Algo comprensible. ¡Está en juego su trabajo!

El PSOE, que perdió cuatro millones de votos en las últimas elecciones y sigue muy débil en las encuestas, se ha comprometido a celebrar unas primarias abiertas en las próximas elecciones generales. Aunque podría haber aprovechado la oportunidad en Andalucía para mandar un mensaje claro a los ciudadanos de su compromiso con la renovación, es una buena noticia. Los riesgos del inmovilismo son mucho más grandes que los de la apertura.

Las primarias favorecen la renovación de nuestra élite política. La fórmula que ha existido en España desde la Transición —un sistema proporcional corregido con listas cerradas y sin primarias— tuvo su justificación histórica. Favoreció el establecimiento de unos partidos fuertes, con una sólida base social. La debilidad del proceso democratizador y la experiencia de la Segunda República justificaban ese sistema.

Pero, como defienden los 100 firmantes del Manifiesto para una reforma integral de la Ley de Partidos ese arreglo ha dejado de servir a los intereses del país porque ha generado una clase política de baja calidad, demasiado opaca y endogámica.

Las primarias permiten el acceso a líderes independientes, no adscritos a ningún partido. En Chile, por ejemplo, el profesor de Harvard y exministro de Finanzas Andrés Velasco, se presentó a las elecciones de manera independiente (sin financiación de ningún partido) y aunque perdió contra la popular Bachelet para liderar la Concertación, defendió una candidatura innovadora, de corte liberal y reformista y muy crítica con el establishment.

¿Cómo pueden contribuir las primarias a reducir la corrupción en España? Ampliar el abanico de opciones internas en los partidos podría compensar, en parte, la falta de mecanismos que nuestro sistema electoral ofrece para luchar contra la corrupción. Como ha señalado en estas páginas Víctor Lapuente, del Quality of Government Institute, los sistemas mayoritarios de listas abiertas, como el americano, permiten a los votantes castigar directamente a los candidatos corruptos.

En sistemas proporcionales (en los que se vota a partidos y no a individuos), como el nuestro, eso no es posible. En otros países con sistemas proporcionales las barreras de entrada al Parlamento suelen ser más bajas, lo que facilita la entrada de nuevos partidos, buena para la regeneración. Las primarias podrían compensar esos problemas y abrir la puerta a opciones realmente nuevas, sin ataduras a las redes de favores y obligaciones internas creadas.

Finalmente, las primarias podrían ser un mecanismo muy útil para atraer de nuevo a la política a jóvenes brillantes que, por las razones expuestas, han perdido el interés en los partidos. El sistema ha favorecido la reproducción de unas élites políticas en las que la fidelidad al partido ha resultado ser mas importante que los méritos profesionales o académicos adquiridos. De hecho, el nivel de formación de los consejos ministros en España ha empeorado de forma progresiva, de manera inversamente proporcional a las exigencias intelectuales del cargo.

¿Recuerdan el primer Gobierno de Felipe? Estaba plagado de gente brillante y bien preparada que había demostrado su valía fuera del mundo de la política: Maravall, Solana, Almunia, Boyer, Solchaga, Lluch, Serra, De la Quadra, Barón… Les sugiero que se paren un momento a compararlos con las alternativas que se vislumbran hoy dentro del PSOE o el PP.

Es evidente que esos líderes no estaban allí gracias a las primarias. La enorme ilusión generada por el cambio democrático era suficiente para atraer a los mejores. Ahora, el reto reformista es tan o más grande que entonces, pero las dinámicas de los partidos ya no ilusionan a los mejores. Por eso son necesarias las primarias.

De nuevo, la comparación con Chile es, cuando menos, preocupante. En el Gobierno de Piñera hay seis doctores por las mejores universidades del mundo. En España no hay ninguno. Eso no quiere decir que un equipo de PhD de Economía de MIT hubiera evitado la crisis en España. Pero sí pienso que un Consejo de Ministros con seis doctores estaría mejor preparado y sería más independiente que el que tenemos para decidir sobre las complejas reformas financieras, tributarias o constitucionales que necesita el país.

La historia de nuestra crisis nos demuestra que la politización excesiva de las instituciones no solo contribuyó a inflar la burbuja, sino también a posponer reformas que eran a todas luces necesarias. Los principales responsables económicos de los últimos Gobiernos del PSOE y PP (ministros relevantes y presidentes del Banco de España) no eran los mejor preparados y actuaron condicionados por sus ataduras políticas como refleja Íñigo de Barrón, en su reciente libro, El hundimiento de la banca.

España se enfrenta a un enorme reto histórico de reforma que requiere recuperar la confianza de los ciudadanos en la política y a los mejores políticos al frente para llevar adelante las reformas. Es un reto tan grande como el de la Transición. Las primarias no solucionarán todos nuestros problemas, pero ayudarán a regenerar nuestra élite política, a reducir la corrupción y, a base de mayor competencia, a estimular la calidad e independencia de nuestros políticos. Son un mecanismo necesario para que el cansino blues del establishment —expresión que tomo prestada de Rodríguez, el protagonista de Searching for suggar man— empiece pronto a cambiar.

miércoles, 23 de julio de 2014

La estabilidad como prioridad a la proporcionalidad del voto

 Artículo publicado el 21 de julio de 2014 en la web-blog www.ssociólogos.com

“Quien conoce el derecho constitucional e ignora la función de los partidos tiene una idea equivocada de los regímenes políticos; quien conoce la función de los partidos e ignora el derecho constitucional tiene una idea incompleta pero exacta de los regímenes políticos” Maurice Duverger


“Para  entender cómo funciona un sistema político, además de estudiar sus instituciones y normas necesita analizar los distintos subsistemas que lo integran, el sistema electoral y el sistema de partidos” Giovani Sartori


Hace más de cuatro años publiqué un artículo de opinión en el Diario de Burgos parecido a éste. Después de todo este tiempo he creído oportuno recuperar su mensaje y profundizar sobre la opinión que vertía sobre él. De unos años para acá se han venido produciendo varias peticiones y propuestas desde la sociedad civil y algunas formaciones políticas para modificar nuestro sistema político incidiendo especialmente en la necesidad de reformar el sistema electoral y dotarlo de mayor proporcionalidad.


A mi modo de ver aún existe una opinión generalmente muy desinformada al respecto, por lo que me parece interesante repasar las características de algunos de los sistemas electorales más significativos del mundo occidental para contribuir al debate y arrojar algo de luz sobre esta cuestión.


Un buen punto de partida es Italia. Hasta hace un par de meses el país transalpino contaba con uno de los sistemas electorales más proporcionales. Desde que los italianos eligieron en un referéndum en 1945 ser una República parlamentaria, se han sucedido 27 primeros ministros y 63 gobiernos. Hace unos meses, con poco más de dos semanas al frente del ejecutivo italiano, Matteo Renzi, logró sacar adelante una nueva ley electoral que pretende reducir la fragmentación y asegurar la gobernabilidad en Italia después de los fallidos intentos de 1993 y 2005.


En este sentido se han incorporado nuevas medidas en su sistema electoral: Solo obtendrán escaños los partidos que superen el 8% de los votos, las coaliciones que superen el 12% y los partidos que se presenten en coaliciones y superen el 4,5%. La coalición o partido que quede primero y supere el 37%, obtendrá un premio de mayoría del 15%. Si ningún partido o coalición alcanza el 37%, se celebrará una segunda vuelta entre los dos primeros. Sin duda estamos ante una reforma electoral que contradice la postura generalizada en España de proporcionar mayor proporcionalidad frente a una menor gobernabilidad y estabilidad.


En Italia, dada su dilatada experiencia con un sistema puro proporcional hasta 1993 y aún con un sistema mixto nominal-proporcional hasta nuestros días, acaban de dar un paso en  sentido contrario respecto a lo que se demanda en España. Lo acontecido con esta reforma electoral en Italia invita a que comparemos distintos sistemas políticos para comprobar si cuentan o no con mayor o menor estabilidad gubernamental en función de la proporcionalidad de su sistema electoral.  Para ello no hay como repasar la extraordinaria presentación comparativa que realiza el profesor Giovani Pasquino en Sistemas Políticos Comparados. Prometeo Libros (2004). Empecemos.


Dentro de los sistemas políticos europeos más significativos, el  que más se parece a España es el alemán. Su experiencia desde la segunda guerra mundial se caracteriza por una extraordinaria estabilidad gubernamental. Después de la trágica experiencia que empezó con la fallida República de Weimar, los constituyentes alemanes quisieron evitar los dos grandes y devastadores inconvenientes de su anterior modelo: la inestabilidad de los gobiernos y las frecuentes disoluciones del Parlamento. Se estableció así una clausula del 5% para impedir la perniciosa fragmentación de los partidos.


Para reforzar la estabilidad gubernamental de la Cancillería se determinó que fuera elegida directamente con la mayoría absoluta del Bundestag, pero separadamente de los cargos ministeriales y para impedir crisis parlamentarias se recurrió a la moción de censura constructiva. La posibilidad de sustituir al Canciller ofrece una solución bastante original en comparación con otros modelos. Esta fórmula se adoptó también en España porque está inserta en un contexto político partidario bastante similar y compacto y en un contexto cultural, aunque con experiencias históricas distintas, preocupado por las consecuencias de las frecuentes crisis de gobierno y largos periodos de inestabilidad en los siglos pasados.


El dato: La República Federal de Alemania ha tenido 8 Cancilleres y 31 gobiernos desde 1945.


Un sistema parlamentario idóneo para contrastar con el italiano es el modelo Westminster del Reino Unido.  Un sistema de partidos bipartidista,  sistema  electoral plurality y un  bicameralismo asimétrico con un Primer ministro que cuenta con potestad para disolver el Parlamento. En cambio Italia presenta uno de los sistemas más proporcionales de Europa  con bicameralismo paritario y un sistema de partidos multipartidista cuyo primer ministro no cuenta con capacidad para disolver el Parlamento.


Gran Bretaña ostenta la forma más simplificada de formación de gobierno. El jefe del partido que obtiene mayoría absoluta de los escaños del Parlamento es reconocido Primer ministro. En el sistema político inglés puede suceder no sólo que quienes conquistan el liderazgo del partido se vuelven automáticamente candidatos al cargo de Primer ministro, sino también que perdiendo el liderazgo del partido pierde el liderazgo del gobierno. El Primer ministro británico corre el riesgo de ser sustituido solo con el voto de sus colegas de partido.


El modelo Westminster nos enseña que no es suficiente un sistema electoral de tipo plurality para explicar el gobierno de un solo partido, sino que es el circuito sistema electoral – sistema de partidos – mayoría parlamentaria – bicameralismo asimétrico el que funda y sostiene el sistema político británico. Ningún atajo basado en la reforma electoral es suficiente para dar vida a ningún modelo sino es a través de los órdenes institucionales y los sistemas de partido. 


El dato: En el Reino Unido se han sucedido 14 Primeros Ministros y 22 gobiernos desde 1945.


Por su parte la Quinta República francesa demuestra que es posible diseñar instituciones estables y eficientes, capaces de permitir la alternancia entre coaliciones y de dar impulso al sistema socio-económico, pero que esto requiere un cambio en las normas, los procedimientos y las instituciones. El semipresidencialismo francés no se encuentra a medio camino entre el parlamentarismo y el presidencialismo. Tiene su configuración propia, con propiedades y consecuencias institucionales diferenciadas. El Presidente de la Quinta República es elegido directamente por los electores y puede ser destituido solamente por el juicio político. Es el jefe del Estado, pero puede nombrar un Primer ministro. Francia tiene un ejecutivo dual cuyo Presidente puede disolver el Parlamento.


En el caso francés cuando existe cohabitación,  el Presidente de la República  puede compartir  e incluso ceder parte de sus potestades de gobierno a un Primer Ministro si este es apoyado por una mayoría parlamentaria. La cohabitación se presenta decidida y cualitativamente distinta respecto de gobierno dividido del régimen presidencial americano. Cabe añadir que en Francia no existe límite temporal para los mandatos presidenciales.


El dato: La República Francesa ha tenido 11 Presidentes, 17 gobiernos y 48 primeros ministros desde 1945.


El Presidente de los Estados Unidos de América no necesita establecer ninguna relación institucional con el Congreso, el cual debe reorganizarse después de su renovación total para la Cámara de Representantes y de un tercio para el Senado.  La rigidez de las relaciones entre el ejecutivo y el legislativo del sistema americano puede desembocar en una parálisis decisional.  El Presidente de los EE.UU. conforma su ejecutivo en el que no entrarán cargos parlamentarios. En las distintas administraciones podemos observar equipos muy compensados en representación de las diferentes corrientes del partido donde existe un equilibro entre políticos profesionales y profesionales competentes que en algunos casos son premiados por haber apoyado/financiado su campaña electoral.


Cada cambio del inquilino de la Casa Blanca, viene acompañado de un verdadero cambio en su equipo de colaboradores. Se puede afirmar que la alternancia en el sistema presidencial estadounidense es portadora del recambio político, con una significativa circulación de personas. Cabe señalar que en los sistemas presidenciales como EE.UU. o en los semipresidenciales como Francia, los electores no solo eligen a sus representantes parlamentarios directamente sino también al jefe del ejecutivo. 


El dato: Los Estados Unidos de América han tenido 12 Presidentes y 17 gobiernos desde 1945.


Con los sistemas mayoritarios (EE.UU, Reino Unido) los ciudadanos ejercen mayor poder en la formación de los gobiernos, preferentemente monopartidistas, que tendrán mayores posibilidades de decidir las políticas públicas y que podrán ser fácilmente identificados como los responsables de lo que han hecho o no. Con los sistemas proporcionales (Italia, Alemania, España) los ciudadanos eligen entre partidos que suman después del voto en coaliciones para formar gobiernos en los que cada uno de los partidos solo parcialmente decide las políticas públicas, de modo que los ciudadanos no podrán hacer otra cosa que volver a elegir entre los partidos sin que les sea posible hacer atribuir responsabilidades específicas.


En los cinco sistemas políticos analizados encontramos representadas las tres principales variantes de los sistemas electorales, mayoritario a primera vuelta en colegios uninominales (R.U. y EE.UU.), mayoritario a única vuelta en colegios uninominales para la elección de parlamentarios y a doble vuelta para las presidenciales, proporcional con clausulas de acceso (Alemania) y además del sistema de ¾ mayoritario en colegios uninominales y ¼ proporcional para listas de partido bloqueadas (Italia 1994-2014). 


Después de todo este resumen comparativo del profesor Pasquino entre los sistemas políticos occidentales más relevantes, hay que subrayar que nuestro sistema cuenta con un sistema electoral de representación proporcional muy similar al alemán que se adecua muy bien al multipartidismo que tenemos en España.


En nuestro país utilizamos la fórmula D” Hont para trasladar los votos a escaños que, en comparación con otras, favorece ligeramente a las formaciones políticas con capacidad de ser la primea o segunda fuerza más votada en las distintas circunscripciones. Además, existe una barrera electoral que exige un porcentaje mínimo de votos recibidos en cada circunscripción para participar en el reparto de escaños. La principal ventaja que nos ofrecen estas correcciones es la de primar la concentración del voto y penalizar su dispersión en aras de garantizar la formación de mayorías estables de Gobierno.


Es conocido que fórmulas del cociente electoral o de los restos mayores como la Hare y Droop proporcionarían unos pocos escaños más a formaciones como PODEMOS,  IU o Unión Progreso y Democracia, obtenidos en circunscripciones de gran población. No obstante resulta curioso comprobar cómo desde que se celebraron las elecciones Parlamento Europeo hace dos meses, estas formaciones han dejado de solicitar la reforma del sistema electoral tal y como venían haciendo efusivamente hasta ese momento. 


Perdónenme si prefiero seguir apoyando a contracorriente un sistema que prime la estabilidad y la gobernabilidad frete a uno con un poco más de proporcionalidad.  Todo sistema político que se precie de tener una alta capacidad para afrontar decisiones, necesita de un sistema electoral que obligue a las distintas formaciones políticas  a tener en cuenta intereses diversos, fuercen el pacto y el compromiso dentro de una razonable estabilidad gubernamental.