lunes, 26 de mayo de 2014

Renovarse o morir. Análisis y reflexión a partir del resultado electoral europeo.



Desequilibro parlamentario en Europa


Más del 20 % de los electores europeos han votado opciones euroescépticas.  Este dato me conduce hacia una reflexión compartida con el profesor Jose Mª Maravall, el cual tal y como recoge hoy el diario EL PAÍS avisa de que este ascenso debe provocar que las dos grandes familias europeas, democristianos y socialdemócratas, descarten una gran coalición. “Sería una declaración de debilidad, cuando lo que necesita el proyecto europeo es un gobierno que asuma responsabilidades”. Las expectativas eran que los apoyos a los populares europeos bajaran considerablemente y que la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas obtuviera un mejor resultado que hace cinco años. La primera premisa se ha cumplido, aun ganando las elecciones el PPE ha perdido 63 escaños. La segunda, lejos de confirmarse, ha resultado errónea. La socialdemocracia europea también ha perdido, menos pero ha perdido 9 escaños.


El electorado de cada país miembro se ha comportado votando en clave interna. La extrema derecha se convierte en la primera opción política en Francia. Los socialistas franceses han sufrido una gran derrota como castigo a la gestión de la crisis que están haciendo desde el Palacio del Eliseo. En el Reino Unido los grandes triunfadores han sido los euroescépticos de Nigel Farrage. Alemania refleja una subida de los socialdemócratas a costa de los democristianos de Merkel. Al contrario de lo que sucedería en los países del sur de Europa en caso de que se planteara una coalición de gobierno entre el centro derecha y el centro izquierda, (que supondría un suicidio para los segundos) en Alemania son los socialdemócratas los que están obteniendo los réditos de la coalición de gobierno con Merkel.  Esto se debe a la distinta cultura política del pacto en los países anglosajones respecto a los latinos, a la priorización de la gobernabilidad y la estabilidad frente a la fragmentación ideológica.  Por último, los italianos parece que le han otorgado un margen de confianza al reciente primer ministro Renzi, haciendo que el partido demócrata de centro izquierda obtenga la victoria. Solo analizando la realidad política en cada Estado de la Unión podemos comprender un comportamiento tan dispar en su conjunto.  


“Podemos” da la campanada en España con el PP y el PSOE en caída libre.


El partido que sostiene el Gobierno de España pierde más de 2,5 millones de votos respecto a los comicios europeos de 2009. Sin duda este dato refleja un rechazo significativo de parte del electorado de centro-derecha a la gestión que hace Rajoy de la crisis. El PP ha perdido 8 escaños y a pesar de este dato ha ganado las elecciones. Parte de sus apoyos tradicionales se han ido a parar a UPyD (más de medio millón) y la mayor parte a la abstención, un comportamiento inédito de un electorado tradicionalmente fiel que ha de hacer reflexionar a la formación conservadora.   


El PSOE ha obtenido el peor resultado de su historia. Igual que los populares, los socialistas hemos perdido 2,5 millones de electores, pero el hecho de que suframos el mismo desgaste que el partido que gobierna confirma que nuestra propuesta no funciona como alternativa de gobierno para la izquierda. Esta vez nuestros apoyos tradicionales no se han ido mayoritariamente a la abstención, sino a otras opciones políticas progresistas, fundamentalmente a IU y Podemos.


Como socialista permitidme una reflexión en alto más incisiva en este punto.  El periodo de reflexión y debate iniciado con el Congreso Federal de enero de 2012 y concluido en la Conferencia Política de 2013 no ha sido suficiente. El PSOE no está recuperando la confianza de sus electores tradicionales. Ante esto solo nos queda una alternativa: reinventarse o morir. Debemos profundizar en la renovación de nuestra propuesta ideológica y programática. Debemos avanzar en la democratización de los procesos de toma de decisiones de nuestro partido, empezando por posibilitar la celebración de primarias abiertas a todos los niveles. Debemos afrontar un proceso de renovación de liderazgos en todos los ámbitos territoriales. Si queremos recuperar la ilusión entre nuestro electorado tradicional, es inevitable que los ciudadanos identifiquen al PSOE con nuevas caras, nuevos líderes con talento, compromiso y capacidad de trabajo para poder recuperar la credibilidad de nuestro partido. 


“Podemos” se ha convertido en la cuarta opción política de nuestro país  con 1,2 millones de votos. Una alternativa cívica y de izquierda que en nada se parece a los partidos tradicionales. Su líder, Pablo Iglesias, es su principal valor. Figura habitual en las tertulias y debates de la televisión, “Podemos” no solo es producto del marketing político, el populismo y el personalismo como lo es Pepe Grillo en Italia, a diferencia de éste tiene un fondo social más relevante. "Podemos" nace de movimientos herederos del “15M” como la PAH y el “Efecto Gamonal” lo cual le aporta una gran representatividad y legitimidad entre los sectores de población más reivindicativos y castigados por la crisis y entre el electorado más crítico de la izquierda.


IU que suma un millón a sus sufragios de 2009 y UPyD con medio millón más, se han aprovechado del nefasto resultado de PSOE y PP respectivamente. La diferencia radica que IU podría haber obtenido un mejor resultado si no es por la aparición de nuevas opciones a la izquierda como “Podemos” o EQUO. La irrupción de VOX en cambio no ha sido significativa lejos de quitarle unos miles de votos al PP. Es la izquierda la que se fragmenta ante la imposibilidad del PSOE de erigirse como una verdadera alternativa de gobierno y de izquierda para la mayoría social de este país.