Desequilibro
parlamentario en Europa
Más del 20 % de los electores
europeos han votado opciones euroescépticas. Este dato me conduce hacia una reflexión
compartida con el profesor Jose Mª Maravall, el cual tal y como recoge hoy el
diario EL PAÍS avisa de que este ascenso debe provocar que las dos grandes
familias europeas, democristianos y socialdemócratas, descarten una gran
coalición. “Sería una declaración de debilidad, cuando lo que necesita el proyecto
europeo es un gobierno que asuma responsabilidades”. Las expectativas eran que
los apoyos a los populares europeos bajaran considerablemente y que la Alianza
Progresista de Socialistas y Demócratas obtuviera un mejor resultado que hace
cinco años. La primera premisa se ha cumplido, aun ganando las elecciones el
PPE ha perdido 63 escaños. La segunda, lejos de confirmarse, ha resultado errónea. La socialdemocracia europea también ha perdido, menos pero ha perdido 9
escaños.
El electorado de cada país miembro se ha
comportado votando en clave interna. La extrema derecha se convierte en la
primera opción política en Francia. Los socialistas franceses han sufrido una
gran derrota como castigo a la gestión de la crisis que están haciendo desde el
Palacio del Eliseo. En el Reino Unido los grandes triunfadores han sido los euroescépticos
de Nigel Farrage. Alemania refleja una subida de los socialdemócratas a costa
de los democristianos de Merkel. Al contrario de lo que sucedería en los países
del sur de Europa en caso de que se planteara una coalición de gobierno entre
el centro derecha y el centro izquierda, (que supondría un suicidio para los
segundos) en Alemania son los socialdemócratas los que están obteniendo los
réditos de la coalición de gobierno con Merkel.
Esto se debe a la distinta cultura política del pacto en los países
anglosajones respecto a los latinos, a la priorización de la gobernabilidad y
la estabilidad frente a la fragmentación ideológica. Por último, los italianos parece que le han otorgado
un margen de confianza al reciente primer ministro Renzi, haciendo que el
partido demócrata de centro izquierda obtenga la victoria. Solo analizando la
realidad política en cada Estado de la Unión podemos comprender un
comportamiento tan dispar en su conjunto.
“Podemos” da la campanada en España con el PP y el PSOE en caída libre.
El partido que sostiene el
Gobierno de España pierde más de 2,5 millones de votos respecto a los comicios
europeos de 2009. Sin duda este dato refleja un rechazo significativo de parte
del electorado de centro-derecha a la gestión que hace Rajoy de la crisis. El
PP ha perdido 8 escaños y a pesar de este dato ha ganado las elecciones. Parte
de sus apoyos tradicionales se han ido a parar a UPyD (más de medio millón) y la mayor
parte a la abstención, un comportamiento inédito de un electorado
tradicionalmente fiel que ha de hacer reflexionar a la formación conservadora.
El PSOE ha obtenido el peor
resultado de su historia. Igual que los populares, los socialistas hemos perdido
2,5 millones de electores, pero el hecho de que suframos el mismo desgaste que
el partido que gobierna confirma que nuestra propuesta no funciona
como alternativa de gobierno para la izquierda. Esta vez nuestros apoyos
tradicionales no se han ido mayoritariamente a la abstención, sino a otras
opciones políticas progresistas, fundamentalmente a IU y Podemos.
Como socialista permitidme una
reflexión en alto más incisiva en este punto. El periodo de reflexión y debate iniciado con
el Congreso Federal de enero de 2012 y concluido en la Conferencia Política de
2013 no ha sido suficiente. El PSOE no está recuperando la confianza de sus electores
tradicionales. Ante esto solo nos queda una alternativa: reinventarse o morir. Debemos
profundizar en la renovación de nuestra propuesta ideológica y programática. Debemos
avanzar en la democratización de los procesos de toma de decisiones de nuestro
partido, empezando por posibilitar la celebración de primarias abiertas a todos
los niveles. Debemos afrontar un proceso de renovación de liderazgos en todos los ámbitos territoriales. Si queremos recuperar la ilusión entre nuestro electorado tradicional, es
inevitable que los ciudadanos identifiquen al PSOE con nuevas caras, nuevos
líderes con talento, compromiso y capacidad de trabajo para poder recuperar la
credibilidad de nuestro partido.
“Podemos” se ha convertido en la
cuarta opción política de nuestro país
con 1,2 millones de votos. Una alternativa cívica y de izquierda que en
nada se parece a los partidos tradicionales. Su líder, Pablo Iglesias, es su
principal valor. Figura habitual en las tertulias y debates de la televisión, “Podemos” no solo es producto del marketing político, el populismo y el
personalismo como lo es Pepe Grillo en Italia, a diferencia de éste tiene un fondo
social más relevante. "Podemos" nace de movimientos
herederos del “15M” como la PAH y el “Efecto Gamonal” lo cual le aporta una gran
representatividad y legitimidad entre los sectores de población más
reivindicativos y castigados por la crisis y entre el electorado más crítico de
la izquierda.
IU que suma un millón a sus
sufragios de 2009 y UPyD con medio millón más, se han aprovechado del nefasto
resultado de PSOE y PP respectivamente. La diferencia radica que IU podría
haber obtenido un mejor resultado si no es por la aparición de nuevas opciones
a la izquierda como “Podemos” o EQUO. La irrupción de VOX en cambio no ha sido
significativa lejos de quitarle unos miles de votos al PP. Es la izquierda la
que se fragmenta ante la imposibilidad del PSOE de erigirse como una verdadera
alternativa de gobierno y de izquierda para la mayoría social de este país.
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